La escena recoge uno de los salones del Teatro de la Ópera de París, donde dirige la clase el gran Jules Perrot, quien a sus 64 años era uno de los maestros más prestigiosos. A su alrededor gira la escena que contemplamos, formando las bailarinas un círculo imperfecto para escuchar los consejos y observaciones del ya legendario bailarín. En primer plano se sitúa una joven de espaldas y otra subida en el piano, rascándose la espalda, vale la pena observar en detalle el asombroso realismo de esto. Al fondo se sitúan las butacas reservadas para las madres que vigilaban la actuación individual de sus hijas. El gran protagonista del lienzo no es el anciano profesor sino el magnífico efecto de profundidad, obtenido a través de las líneas diagonales del suelo, la disposición de las bailarinas en el espacio y la esquina del fondo de la sala, que juega con la influencia de la fotografía al cortar los planos pictóricos vemos una parte del zócalo del techo mientras que en la zona de la izquierda no lo podemos contemplar. La sensación de movimiento es otra de las atracciones del maestro, que coloca a sus personajes siempre en diferentes posturas. Por supuesto, no debemos olvidar el interés por la luz, en este caso un potente foco de luz procedente de las ventanas de la derecha una de las cuales se refleja en el espejo, dejando ver el cielo de París que inunda la sala. Precisamente es la luz la que crea una sensación atmosférica especial, diluyendo los contornos de las figuras y otorgando aire al espacio. La mayoría de las escenas de danza de Degas muestra el esfuerzo y el intenso trabajo de las muchachas por poner una obra en escena. Se convierte de esta manera en el pintor de lo que hay al otro lado del telón, del maravilloso mundo del aprendizaje, más que del esplendor del espectáculo.
domingo, 19 de mayo de 2013
LOS BURGUESES DE CALAIS - RODIN
La escultura está realizada en bronce. Fue hecha por Rodin y mide 2 metros de alto y cerca de 2,5 metros de ancho. Se compone de seis hombres de igual altura y vestidos en ropajes similares. No se presenta jerarquía alguna en el grupo. Los hombres dirigen sus miradas a puntos diversos. Cuatro de ellos hacen ademanes y toman un paso al frente, los otros dos permanecen tranquilos. Las figuras forman un grupo compacto. Sin embargo, permanecen libres entre ellos. Las figuras están a tamaño natural y parecen agobiadas por sus prendas y sus grandes manos y pies.
Los ademanes de los hombres forman en conjunto un pausado movimiento rotatorio dentro de la escultura, que se produce por los muchos sentidos locales que el espectador sólo capta desde algunos puntos. Los hombres no se comunican entre ellos ni con el espectador. Cada rostro refleja rasgos individuales y da la impresión de sentimientos variados —resolución, angustia, apatía—. Rodin expresa con realismo a seis hombres que han sobrevivido un sitio de un año y que ahora dan su primer paso hacia la muerte. Algunos se inclinan, otros se toman la cabeza, todos dudan.
El movimiento rotativo invita al espectador a caminar alrededor de la escultura lo que lleva a una secuencia de imágenes en la cual los hombres individualmente parecen, a veces, tomar aisladamente su decisión, y, a veces, parecen decidirse en conjunto por entregarse. De esta forma no se narra un instante específico congelado en el tiempo, sino un espectro de pensamientos, sentimientos y decisiones.
La escultura de Rodin era innovadora para su tiempo. Manifiesta la cruda verdad de las figuras épicas según las teorías del realistasque se refleja en rasgos expresionistas, el rápido modelado, incluso con las manos imita los efectos lumínicos buscados por elimpresionistas, y, en definitiva, se opone al rígido academicismo del siglo XIX. Se ven también rasgos del formalismo del modernismoque al mismo tiempo se presagia en las pinturas de Cézanne. El hecho de que la escultura ideada por Rodin no tuviera pedestal fue algo inaudito en la escultura del momento.
En el trabajo previo, Rodin utilizó diferentes partes de la escultura y los combinó de diferentes formas. Realizó muchos esbozos menores y varios estudios a escala natural, de los cuales varios han sido vaciados en bronce y se encuentran hoy en el Museo Rodinen París.
LA CATEDRAL DE ROUEN - 1894 / ÓLEO SOBRE LIENZO/MONET
La serie sobre la catedral de Rouen refuerza las teorías de Monet iniciadas años antes con los Almieres. Según éstas, los objetos varían dependiendo de la luz que se les aplique. No es lo mismo una iluminación matutina que vespertina cuando incide sobre un mismo elemento. Aquí observamos la fachada de la catedral a pleno sol por lo que las líneas de sus contornos se difuminan y casi desaparecen. Los arcos de las portadas, el rosetón o la decoración gótica son absorbidos por el sol, provocando profundos contrastes de luz y sombra, sombra que ahora es más oscura aunque dominan en ella las tonalidades malvas. La rapidez del trazo refuerza la idea de inmediatez y especialmente la impresión que causa esta magnífica catedral gótica a Claude.
EL MOLINO DE LA GALLETE
La Obra es un óleo sobre lienzo realizado en 1876 por el pintor impresionista francés Pierre-Auguste Renoir.
Esta obra representa uno de los bailes que tenían lugar junto al "Moulin de la Galette" en el barrio de Montmartre, uno de los más famosos y bohemios de París. La escena tiene lugar en el exterior y aparecen numerosos personajes, hombres y mujeres, charlando unos y bailando otros, bajo una luz que se proyecta a través de las copas de los árboles. El cuadro se organiza a través de una diagonal que recorre el cuadro dividiéndolo en dos espacios, el inferior ocupado por hombres y mujeres, organizados en círculo alrededor de una mesa y un banco, charlan de manera distendida. En la mitad superior formando un círculo más amplio aparecen varias parejas bailando. En toda la obra vemos ya señales de la técnica impresionista como puede ser el propio tema, la vida urbana tan del gusto de este pintor, como el predominio del color que se aplica a base de pinceladas sueltas y el interés del pintor por captar la luz, filtrada a través de los árboles y que se proyectan en los trajes y en el suelo creando manchas de luces y sombras, violáceas y amarillentas en el suelo o pardas y marrón en la chaqueta del hombre sentado en la silla de espaldas al espectador. El dibujo desaparece bajo las pinceladas de color. Así mismo,el pintor ha alterado las leyes de la perspectiva situando dos puntos de vista diferentes dentro de la misma obra, así el grupo inferior, más próximo al espectador, se ve desde un punto de vista alto mientras que las parejas que bailan al fondo tienen un punto de vista frontal.
Vincent van Gogh: El dormitorio del artista en Arlés
Es un cuadro de Van Gogh llamado La habitación de Van Gogh. Es cuadro que da una sensación de volumen y de profundidad. También le da un toque más de dimensiones con el sombreado final del suelo. Se puede apreciar que no es un cuadro con una concordancia entre las medidas de los objetos como por ejemplo, la silla que se encuentra en el fondo no llega a la altura de la cama. Encontramos también que la habitación está ordenada y con muchos retratos en que el pintor las trabajo mucho y se pueden apreciar muy bien el género del retratado, y estos podrían tener algún significado para el propietario.
Este cuadro, lo llevo a cabo en octubre de 1888, el cuadro fue llamado La habitación de Van Gogh, el cual lo podemos encontrar ahora en el museo Rijks Vicent Van Gogh en Ámsterdam.
IMPRESIÓN
Es una obra de Monet. En esta Obra el autor nos muestra tres botes de remos que navegan por el puerto de la Havre, mientras al fondo, entre la niebla y la humareda de las chimeneas de las fábricas, sale el sol.
Con una pincelada suelta, el pintor prescinde del dibujo centrándose en los efectos que la luz del amanecer ejerce sobre los objetos. Los botes y las personas que navegan en ellos quedan reducidos a simples manchas y la técnica utilizada es fruto de la inmediatez que exige la pintura al aire libre y el deseo de captar no la representación real del amanecer en el puerto, sino la impresión causada por el amanecer y los efectos que la luz provocan en el agua y el horizonte donde el humo eXpulsado por las chimeneas, símbolos de la era industrial, se mezclan con la neblina.
Monet junto a otros pintores como Renoir, Ddegas o Pisarro revolucionaron la pintura alejándose del dibujo y la función de representar la realidad que tradicionalmente durante siglos se le había atribuido a la pintura.
EL AUDITORIUM DE CHICAGO
El Auditorium de Chicago es la primera obra del equipo formado por Dankmar Adler y Henry L. Sullivan. Es un edificio de complejo programa, destinado a funciones de teatro de la ópera, para seis mil espectadores, hotel y oficinas. Los protorrascacielos de Chicago habían insistido en la estética del bloque, pensando las fachadas como un elemento de simple cerramiento externo. Para Sullivan, en el Auditorium, la fachada cobra vitalidad propia, estableciéndose la gradación y densificación de macizos y huecos, como en los palacios del Quattrocento florentino. Los primeros pisos son de granito en rústica mientras que los altos, de arenisca, se engloban en una serie de arcuaciones, sobre las que cabalgan los pisos del remate. El resultado es la estratificación compensada en sentido vertical y horizontal, y la comprensión del edificio como un todo íntegro y no como la simple multiplicación de plantas que eran los protorrascacielos al uso.
LA PEDRERA O CASA MILÁ
Este edificio de viviendas para la alta burguesía fue realizado por Gaudí entre 1905-1910 en Barcelona.
La planta sigue el plan de urbanismo que se seguía en Barcelona a través del realizado por Cerdá (plano ortogonal de solares cuadrangulares con esquinas achaflanadas).
Carecen de muros rectilíneos, teniendo paredes onduladas y habitaciones no cuadrangulares sino inter-relacionadas unas con otras a través de curvas y contracurvas que se apartaban por completo de la tradición, creando un ambiente novedoso en donde predominaba la curva.
El Alzado está realizado sobre vigas metálicas, incorporando las nuevas tecnologías que habían puesto de moda los ingenieros del hierro y cristal, y con el empleo de una maya metálica interior que permitía descargar el peso y realizar todo tipo de formas en los muros, no sustentantes.
El alzado se distribuye en pisos horizontales en el que se abren vanos de forma irregular, rompiendo con la simetría tradicional a favor de formas más orgánicas.
En toda la fachada predomina la curva, al igual que en la cubierta y en la azotea.
Tiene mucha decoración
MUSEO DEL PRADO
El Museo del Prado ES un edificio de Juan de Villanueva. Ideado en un principio como Museo Natural, fue aprovechado como Museo de pinturas ya en tiempos de Fernando VII, después por tanto de la Guerra de la Independencia. Dentro del Neoclasicismo español.
En planta destaca su compleja estructura, con un cuerpo central y dos galerías simétricas a ambos lados, y dos cuerpos cuadrados en los extremos, cuyas fachadas vuelven a avanzar en relación a las galerías anteriores. Esta disposición muy dinámica, se complementa con su disposición ornamental al exterior. Toda ella responde a patrones clasicistas, con predominio de las líneas horizontales. Destaca la fachada principal, coincidente con el cuerpo central referido en planta, que presenta un gran pórtico hexástilo de orden toscano.
Las dos galerias laterales, pierden el carácter monumental de la fachada, con una a columnata jónica del piso principal y ventanales.
Al interior se utilizan bóveda de diversas soluciones, contrastando así con la imagen del exterior totalmente adintelado y por ello de ritmos pausados y elegantes como corresponde al estilo del monumento.
domingo, 21 de abril de 2013
LAS MENINAS
El tema del cuadro parece trivial, la infanta y sus damitas de compañía (meninas en portugués) irrumpen en el estudio de Velázquez, pintor de cámara del rey Felipe IV, que se encuentra pensativo y observa los modelos que se dispone a pintar. Nosotros podemos ser esos modelos ya que somos contemplados por Velázquez. Sin embargo, los reyes Felipe IV y Mariana de Austria, a quienes vemos reflejados en el espejo del fondo, son las personas que el pintor retrata.
Pero vayamos por partes, en primer término y de izquierda a derecha tenemos a María Agustina Sarmiento que está haciendo una reverencia y ofreciendo en una bandeja plateada un jarrito o búcaro rojo a la infanta Margarita de Austria que se encuentra en el centro de la composición y resulta ser una deliciosa y encantadora niña de seis añitos de edad. Margarita acepta con su mano el jarrito y nos observa con su candorosa mirada infantil. Un poco más a la derecha vemos a otra menina, Isabel de Velasco, que también muestra sus respetos mediante una suave reverencia. La siguiente es Maribárbola, enana macrocéfala de origen alemán, que también nos mira y, finalizando este plano, Nicolasillo Pertusato, que parece un niño pero también era un enano, bastante travieso por cierto, pues ya ves que le está dando una patada a un gran mastín tumbado en el suelo.
Un poco más atrás, a la izquierda, está el pintor Velázquez sujetando un pincel en la mano derecha y la paleta con los demás pinceles en la izquierda. Se está inspirando para pintar a los reyes y se ha representado a sí mismo muy elegante y como de cuarenta años cuando ya rondaba los cincuenta y siete. Delante de él está la parte posterior del lienzo sobre un caballete.
Ahora pasas a la zona derecha y, en un segundo plano, ves dos personajes: la dama Marcela Ulloa, “guarda menor de damas” y un caballero sin identificar que sería un sirviente de la corte y que tiene las manos juntas mientras escucha la conversación de la dama. Para marcar la distancia y el espacio, Velázquez los sitúa a ambos en penumbra y más abocetados que las meninas.
Al fondo, una puerta de madera con cuarterones se abre a una estancia posterior muy iluminada y José Nieto, aposentador de la corte, está en las escaleras, no sabemos si viene o se va. Lleva un sombrero en la mano y viste una elegante capa negra. La luz es de tal intensidad que hace brillar la escalera, la puerta y la persona de José Nieto.
Colgado en la pared ves un espejo que refleja la luz y donde el rey y la reina aparecen con un cortinaje rojo. No sabemos si están quietos posando para Velázquez o si entran en ese momento en la habitación.
La estancia es amplia y de techo alto, sería el estudio del pintor y por eso hay grandes cuadros por las paredes (identificados en la actualidad). Existen ventanas en la pared derecha y están alternativamente abiertas y cerradas lo que nos acentúa la sensación de profundidad y de atmósfera real. El gran tamaño de las figuras, casi natural, subraya aún más su presencia en un espacio muy creíble.
Técnicamente el cuadro es insuperable. El conjunto de perspectivas utilizadas es único y produce un efecto “atmosférico” en el ambiente representado, como si el pintor hubiese pintado el aire entre las figuras. Vamos a analizarlo: la primera perspectiva que observas es la lineal, diversas líneas imaginarias o no (línea del techo-pared; cuadros colgados, el suelo) guían nuestra vista hacia el fondo y nos hacen creer en una fuerte tridimensionalidad. Este asombroso efecto se refuerza con un suelo neutro, de moqueta, que avanza hacia nuestra posición y, sobre todo, con unos espacios alternativamente iluminados y en penumbra que subrayan el efecto de alejamiento. La otra perspectiva es la aérea, la difuminación progresiva de los contornos y la degradación de las gamas tonales con el aumento de la distancia y el alejamiento. Como remate, Velázquez pone un agujero iluminado en el centro (la puerta abierta) que da a una estancia donde no vemos el fin, es decir, el cuadro tiene una perspectiva ilimitada.
Esta combinación de perspectiva aérea y lineal es lo que ha fascinado a todos, expertos o no, desde el siglo XVII.
La gama cromática empleada por Velázquez en esta obra es limitada y contenida, predominan los grises y los ocres, no obstante, aplica colores fuertes como el rojo fuego en pequeños detalles de la vestimenta de las niñas como lacitos, pasadores de pelo y adornos florales. De este modo rompe la monotonía de colores y atrae nuestra atención. La calidad de representación de las sedas brillantes con grises y blancos muy luminosos resultan de una belleza deslumbrante.
Por otra parte, el espejo es la burla espacial por antonomasia, nos engaña y confunde, crea espacios ilusorios y, si te colocas de espaldas y miras el cuadro con un espejito, te llevarás una sorpresa por el efecto fuertemente realista que produce. Cuando contemplas el cuadro directamente, tu vista es dirigida hacia el fondo y el espejo te devuelve la imagen. Así se crea una interrelación tan estrecha entre lo pintado y lo real que resulta difícil distinguirlos.
La aparente trivialidad del tema es también engañosa ya que Velázquez estuvo toda su vida reivindicando la superioridad de la pintura por encima de las actividades puramente artesanales entre las que estaba incluída; él consideraba la pintura como una actividad intelectual superior, cuyo momento importante no era el acto de pintar sino la idea, el concepto y el pensamiento previos al hecho mecánico de aplicar el óleo sobre el lienzo. En resúmen, la superioridad del artista sobre el artesano.
Otro mensaje es el futuro prometedor de la monarquía española, con la sucesión asegurada. La última lectura de la obra sería la relación de profunda amistad del pintor con el rey y la infanta , todos ellos aparecen representados en el mismo cuadro.
Existen detalles que te proponemos observar para que comprendas la excepcionalidad de este cuadro único. Fíjate en el perro, tan real que sólo le falta ladrar, o en la carita delicadísima de la infanta, o en el cabello de Nicolasillo, brillante y recién lavado, o en la prestancia y apostura de Velázquez con su cuidado bigote, su peinada melena y su esbeltez anatómica. O bien en los cuadros de la estancia, identificados como Minerva y Aracne (Rubens) y Apolo y Pan (Jordaens) y que vuelven a incidir en el tema de la superioridad de lo intelectual sobre lo manual.
Hay que señalar que la obsesión del pintor por demostrar la superioridad de la pintura sobre otras artes perseguía, entre otras cosas, la exención de impuestos.
Interesante es también el espejo iluminado (de bronce muy bruñido) y las ventanas laterales, una abierta en primer término, las tres siguientes cerradas y la última abierta.
Tomado de ArteSauces
Pero vayamos por partes, en primer término y de izquierda a derecha tenemos a María Agustina Sarmiento que está haciendo una reverencia y ofreciendo en una bandeja plateada un jarrito o búcaro rojo a la infanta Margarita de Austria que se encuentra en el centro de la composición y resulta ser una deliciosa y encantadora niña de seis añitos de edad. Margarita acepta con su mano el jarrito y nos observa con su candorosa mirada infantil. Un poco más a la derecha vemos a otra menina, Isabel de Velasco, que también muestra sus respetos mediante una suave reverencia. La siguiente es Maribárbola, enana macrocéfala de origen alemán, que también nos mira y, finalizando este plano, Nicolasillo Pertusato, que parece un niño pero también era un enano, bastante travieso por cierto, pues ya ves que le está dando una patada a un gran mastín tumbado en el suelo.
Un poco más atrás, a la izquierda, está el pintor Velázquez sujetando un pincel en la mano derecha y la paleta con los demás pinceles en la izquierda. Se está inspirando para pintar a los reyes y se ha representado a sí mismo muy elegante y como de cuarenta años cuando ya rondaba los cincuenta y siete. Delante de él está la parte posterior del lienzo sobre un caballete.
Ahora pasas a la zona derecha y, en un segundo plano, ves dos personajes: la dama Marcela Ulloa, “guarda menor de damas” y un caballero sin identificar que sería un sirviente de la corte y que tiene las manos juntas mientras escucha la conversación de la dama. Para marcar la distancia y el espacio, Velázquez los sitúa a ambos en penumbra y más abocetados que las meninas.
Al fondo, una puerta de madera con cuarterones se abre a una estancia posterior muy iluminada y José Nieto, aposentador de la corte, está en las escaleras, no sabemos si viene o se va. Lleva un sombrero en la mano y viste una elegante capa negra. La luz es de tal intensidad que hace brillar la escalera, la puerta y la persona de José Nieto.
Colgado en la pared ves un espejo que refleja la luz y donde el rey y la reina aparecen con un cortinaje rojo. No sabemos si están quietos posando para Velázquez o si entran en ese momento en la habitación.
La estancia es amplia y de techo alto, sería el estudio del pintor y por eso hay grandes cuadros por las paredes (identificados en la actualidad). Existen ventanas en la pared derecha y están alternativamente abiertas y cerradas lo que nos acentúa la sensación de profundidad y de atmósfera real. El gran tamaño de las figuras, casi natural, subraya aún más su presencia en un espacio muy creíble.
Técnicamente el cuadro es insuperable. El conjunto de perspectivas utilizadas es único y produce un efecto “atmosférico” en el ambiente representado, como si el pintor hubiese pintado el aire entre las figuras. Vamos a analizarlo: la primera perspectiva que observas es la lineal, diversas líneas imaginarias o no (línea del techo-pared; cuadros colgados, el suelo) guían nuestra vista hacia el fondo y nos hacen creer en una fuerte tridimensionalidad. Este asombroso efecto se refuerza con un suelo neutro, de moqueta, que avanza hacia nuestra posición y, sobre todo, con unos espacios alternativamente iluminados y en penumbra que subrayan el efecto de alejamiento. La otra perspectiva es la aérea, la difuminación progresiva de los contornos y la degradación de las gamas tonales con el aumento de la distancia y el alejamiento. Como remate, Velázquez pone un agujero iluminado en el centro (la puerta abierta) que da a una estancia donde no vemos el fin, es decir, el cuadro tiene una perspectiva ilimitada.
Esta combinación de perspectiva aérea y lineal es lo que ha fascinado a todos, expertos o no, desde el siglo XVII.
La gama cromática empleada por Velázquez en esta obra es limitada y contenida, predominan los grises y los ocres, no obstante, aplica colores fuertes como el rojo fuego en pequeños detalles de la vestimenta de las niñas como lacitos, pasadores de pelo y adornos florales. De este modo rompe la monotonía de colores y atrae nuestra atención. La calidad de representación de las sedas brillantes con grises y blancos muy luminosos resultan de una belleza deslumbrante.
Por otra parte, el espejo es la burla espacial por antonomasia, nos engaña y confunde, crea espacios ilusorios y, si te colocas de espaldas y miras el cuadro con un espejito, te llevarás una sorpresa por el efecto fuertemente realista que produce. Cuando contemplas el cuadro directamente, tu vista es dirigida hacia el fondo y el espejo te devuelve la imagen. Así se crea una interrelación tan estrecha entre lo pintado y lo real que resulta difícil distinguirlos.
La aparente trivialidad del tema es también engañosa ya que Velázquez estuvo toda su vida reivindicando la superioridad de la pintura por encima de las actividades puramente artesanales entre las que estaba incluída; él consideraba la pintura como una actividad intelectual superior, cuyo momento importante no era el acto de pintar sino la idea, el concepto y el pensamiento previos al hecho mecánico de aplicar el óleo sobre el lienzo. En resúmen, la superioridad del artista sobre el artesano.
Otro mensaje es el futuro prometedor de la monarquía española, con la sucesión asegurada. La última lectura de la obra sería la relación de profunda amistad del pintor con el rey y la infanta , todos ellos aparecen representados en el mismo cuadro.
Existen detalles que te proponemos observar para que comprendas la excepcionalidad de este cuadro único. Fíjate en el perro, tan real que sólo le falta ladrar, o en la carita delicadísima de la infanta, o en el cabello de Nicolasillo, brillante y recién lavado, o en la prestancia y apostura de Velázquez con su cuidado bigote, su peinada melena y su esbeltez anatómica. O bien en los cuadros de la estancia, identificados como Minerva y Aracne (Rubens) y Apolo y Pan (Jordaens) y que vuelven a incidir en el tema de la superioridad de lo intelectual sobre lo manual.
Hay que señalar que la obsesión del pintor por demostrar la superioridad de la pintura sobre otras artes perseguía, entre otras cosas, la exención de impuestos.
Interesante es también el espejo iluminado (de bronce muy bruñido) y las ventanas laterales, una abierta en primer término, las tres siguientes cerradas y la última abierta.
Tomado de ArteSauces
LAS HILANDERAS (1651)
Las Hilanderas es una obra creada por Velázquez. Pertenece al barroco español y es óleo sobre lienzo. Actualmente se conserva en el Museo del Prado de Madrid.
En primero plano se puede ver a un grupo de mujeres que preparan lanas y, tras ellas, un espacio más elevados donde aparecen otras cinco mujeres mejor vestidas, sobre un fondo de tapices. Estas parecen contemplar una escena mitológica, que es una tela de gran armonía compositiva basada en las relaciones de luz, ritmo y color.
La luz del fondo crea una gradación de contraluces alterada por un foco que ilumina el primero plano.
El pintor consigue que nuestra vista pase de la hilandera iluminada de la derecha a la de la izquierda y observar a la que está agachada en la penumbra.
Es un cuadro con gran movimiento ya que en la rueca de la izquierda no se aprecian los radios por el movimiento y en la figura de la derecha que devana la lana con mucha rapidez.
La pincelada es muy suelta debido a las manchas del gato o el rostro de la mujer central que está en contraluz.
La luz viene desde la derecha, creando así contrastes de luz entre la mujer de la derecha en comparación con las demás. La cortina roja de la izquierda también crea contraste con la oscuridad del fondo.
INMACULADA DE SOULT (1678 - 1682)
Esta obra pertenece al barroco español y fue pintada por Bartolomé Esteban Murillo Es óleo sobre lienzo. Actualmente se conserva en el Museo del Prado de Madrid.
Se trata de una pintura religiosa, muy usual en el siglo XVII. Es de gran realismo donde predominan los detalles. Murillo crea una Virgen muy joven, con una expresión tierna y dulce (idealizada), que flota sobre nubes. Está vestida con una túnica blanca y un manto azul, con las manos juntas sobre el pecho y la cabeza mirando hacia en cielo. A sus pies hay una media luna. Está rodeada de angelotes ( a algunos se les ve enteros y a otros solo cabezas debido a la perspectiva aérea).
El cuadro tiene movimiento y como figura central está la Virgen. El pintor evita la frontalidad destacando las líneas onduladas de los pliegues del manto.
La luz incide directamente sobre la Virgen. Esta está sobre un fondo dorado y radiante para alzar su carácter celeste. La luz entra por la zona izquierda dejando así la parte inferior derecha en penumbra y creando claroscuros en el cuadro.
Hay gran riqueza de colores. Destacan los tonos cálidos y dorados contrastando con los fríos. Destaca el blanco y el azul de la figura central. Las pinceladas son sueltas y fluidas.
El dibujo pierde importancia ante el color y la luz. Los contornos están esfumados.
sábado, 13 de abril de 2013
CLASIFICACIÓN DE IMÁGENES DE LA ARQUITECTURA BARROCA
Obra: Palacio Real de Madrid
Autores: Filippo Juvara, Juan Bautista Sachetti y Francesco Sabatini
Fecha: Siglo XVIII
Localización: Madrid.
Obra: Plaza Mayor de Salamanca
Autores: Alberto Churriguera
Fecha: Siglo XVII
Loclaización: Salamanca
Autores: Alberto Churriguera
Fecha: Siglo XVII
Loclaización: Salamanca
Obra: Palacio del Marqués de Dos Aguas
Autor: Ignacio Vergara
Fecha: Siglo XVII
Localización: Valencia
Autor: Ignacio Vergara
Fecha: Siglo XVII
Localización: Valencia
Obra: Palacio de San Telmo
Autores: familia Figueroa
Fecha: Siglo XVII
Localización: Sevilla
Fecha: Siglo XVII
Localización: Sevilla
Obra:Iglesia de San Andrés del Quirinal
Autor: Bernini
Fecha: Siglo XVII
Localización: Roma (Italia)
Autor: Bernini
Fecha: Siglo XVII
Localización: Roma (Italia)
Obra:Ayuntamiento de Madrid
Autor: Juan Gómez de Mora
Fecha: Siglo XVII
Localización: Madrid.
Autor: Juan Gómez de Mora
Fecha: Siglo XVII
Localización: Madrid.
Obra: Iglesia del Gesù
Autores: Jacopo Vignola y Giacomo della Porta
Fecha: 2º mitad del siglo XVI
Localización: Roma (Italia)
Autores: Jacopo Vignola y Giacomo della Porta
Fecha: 2º mitad del siglo XVI
Localización: Roma (Italia)
Obra: Imafronte de la Catedral de Murcia
Autor: Jaime Bort
Fecha: Siglo XVIII
Localización: Murcia
Autor: Jaime Bort
Fecha: Siglo XVIII
Localización: Murcia
Obra: Baldaquino de San Pedro
Autor: Bernini
Fecha: Siglo XVII
Localización: Vaticano
Autor: Bernini
Fecha: Siglo XVII
Localización: Vaticano
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